La Chica que viaja en el tiempo

Es una mala época para darse caprichos (más), y la compra de este manga ha sido un capricho (más) que me he querido dar. La temática de viajes en el tiempo siempre me ha encantado y consumo casi todo lo que tenga que ver con ello, ya sean pelis buenas, malas o espantosas, o tele-series mínimamente relacionadas con el tema. Me suelen llamar la atención todos los planteamientos sobre el viaje temporal y no me importa que se tomen las licencias necesarias sobre la típica paradoja siempre que se sea consecuente a lo largo de todo el discurso (no aguanto que se pongan todo serios con el tema y luego lo resuelvan todo con la muerte del padre del protagonista o algo así). Dicho esto, y con las buenas referencias que tengo del anime (aún pendiente de ver), me he aventurado a pillar este manga sin unos mínimos conocimientos previos (algo raro en mí) sobre si serán muchas más entregas, si es serie completa ni nada de nada.

Sobre la historia, decir que va por unos derroteros típicos del Shojo (manga para niñas) con dos parejas de amigos de toda la vida chico-chica en el instituto, con muchas de las situaciones típicas que llevan a los protagonistas a un acontecimiento deportivo protagonizado por otro de ellos, la importancia de la competición y la exaltación de toda la relación al más puro y hormonal estilo adolescente, mientras que lo extraordinario y fantástico está en un plano muy secundario y pasa por la historia como si no fuera realmente importante. De todos modos, sí que se le dedica su tiempo al tema, e incluso durante un episodio parece que se vaya a tratar con un aire pseudo-científico, pero es sólo lo justo como para explicar un efecto de uno de los pocos viajes en el tiempo que realiza la protagonista en el tomo. Un emotivo viaje al pasado para visitar a la abuela fallecida, otro para evitar un accidente de tráfico e incluso para investigar quién abre una sandía, son de los pocos que veremos en el tomo, mientras que se deja caer que uno de los amigos conozca más de la situación de la protagonista de lo que pudiera parecer, pero todo ello con un ritmo muy lento y más propio de Shojo que de la ciencia ficción.

El dibujo por otro lado no muestra mucha más virtud que la de contar de modo económico en líneas y fondos, y que tampoco es especialmente bello o humorístico en los típicos deformados del manga.

En definitiva, una mala época para darse un capricho y más si resulta que no has acertado precisamente.

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