miércoles, 22 de julio de 2009

Joker, Azzarello y Bermejo

Ya había leído el trabajo previo de Azzarello y Bermejo con Lex Luthor como protagonista, y la verdad es que me hice con él prácticamente por los dibujos de Batman de Lee Bermejo que había visto. Y encima la historia me pareció muy interesante, como un vistazo a la cabeza de Luthor desde el particular punto de vista de Azzarello. Así que podéis imaginar que no quise esperar nada para echarle el guante a la visión del Joker que estos autores podían ofrecer.

Parece claro que la idea de Brian Azzarello fue siempre llevarse al personaje a un terreno en que se mueve como pez en el agua. El autor de 100 Balas, saca al Joker del asilo Arkham y nos muestra desde el principio cómo va montando su propia banda y recuperando su poder en los bajos fondos de Gotham, todo ello a través de los ojos del que se convertirá en uno de sus subalternos y que irá descubriendo poco a poco el auténtico poder que tiene el personaje.

La verdad es que ha sido un auténtico placer ver el resurgir del Joker, rescatado del encasillamiento de los años 90, en historias como esta y las que ya he mencionado en otras ocasiones de The Man Who Laugh o la aún más reciente Amantes y Lunáticos. Siempre he dicho que el Joker no es un personaje que de risa, como puedan ser otros de la galería de villanos de Batman, que desde su concepción han sido poco más que un chiste, sino que debe generar precisamente la sensación que acaba teniendo el pseudo-protagonista narrador elegido por Azzarello en esta historia para descubrir poco a poco, que el que juega con el Joker no puede vivir tranquilo. Esa intranquilidad nerviosa es la que debería reinar en toda página en la que aparezca el payaso del crimen.

Por si fuera poco, al magnífico guión (casi sin la presencia de Batman) se suma el trabajo gráfico de Lee Bermejo que parece que mejora trabajo tras trabajo, y que en cada dibujo suyo de Batman pareciera que crea una auténtica máquina para destruir el crimen en Gotham. Esta profusión de texturas que gasta el autor, quizás lastre el resultado final de estático, pero resulta tan efectivo e impactante que se le puede perdonar fácilmente. Por otro lado, es un dibujante que se ha prodigado bastante poco, y que quizás de otra forma si nos podría resultar cansado. De tdoos modos no tenéis más que ver algunas páginas y valorar vosotros mismos el resultado.



Después de ver y leer este cómic, ¡no podréis decir que el Joker no da miedo!



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