martes, 13 de abril de 2010

Los Ratones Templarios: La Profecía

Ha costado, y no sólo tiempo, poder disfrutar de la historia de Los Ratones Templarios en España. El género de la aventura fantástica y la espada y brujería pueden estar de enhorabuena y festejar el día en que el guionista Bryan J.L. Glass y el dibujante Michael Avon Oeming se encontraron.

Más allá de la anécdota de la antropomorfización de los protagonistas, la historia tiene todos los tópicos del género, con todas sus virtudes y pocos de sus defectos. Comienza con la indefensa aldea atacada por una fuerza conquistadora sin piedad, la historia de los supervivientes, los roles de aprendiz y maestro, artilugios mágicos, el rol del elegido por los dioses,... todo conocido, pero narrado con el ritmo adecuado, con contínuas aventuras que te mantienen pegado a la lectura, mientas se construye todo un universo único y familiar conforme van avanzando las páginas.

Más allá de la cautivadora historia, sería imposible comentar este cómic sin dedicar un mínimo repaso al espectacular trabajo de Oeming. Un autor capaz de convertir la simplicidad en su mayor mérito, en el dominio de sombras en su mayor fuerza y en su hábil narración en su mejor argumento. Si algo hay que lamentar de la continuación de esta saga, sin con ello tratar de menospreciar a su sustituto Víctor Santos (pocos más podrían dar la talla), es que dejaremos de verle por las páginas de los Ratones Templarios.

Por contra tenemos, la edición que ha publicado Dolmen. ¿Mala? No, es magnífica. Con un acabado y una traducción muy buena, y una gran cantidad de extras: comentarios de los autores, firmas invitadas, ilustraciones varias,... vamos toda una joya para los aficionados. Pero lamentablemente, el precio de la obra está acorde a estas calidades de finalización, y con 28€ por 7 cómics, por mucho extras que tenga la edición y por mucha tapa dura que sea, son 4€ cada número, algo ciertamente excesivo y sólo apto para ansiosos y conocedores del género y/o los autores. Más aún cuando se trata de una historia en progreso y que tras este tomo vendrán otros. El próximo con los dibujos del español Víctor Santos, que también participa en los extras.

En definitiva, Dolmen es quien ha pagado los derechos de esta obra, y quien arriesga su dinero en la edición. Es su apuesta y el mercado es quien dirá si tienen razón o no. El mercado del cómic por más que algunos no lo quieran ver no es más que un "monopolio repartido" y, como Planeta no se cansa de recordarnos de tanto en tanto, si no lo quieres es lo que hay. Ojalá esta, y otras obras, se pudieran encontrar en varios formatos y estuvieran al alcance de más gente, pero eso sólo está reservado a los grandes éxitos comerciales, que por más que nos pesen se cuentan con los dedos.

¡Que el ojo menguante de Wotan os sea propicio en esta aventura, Dolmen!



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