martes, 17 de julio de 2007

Batman: Jekyll & Hyde

Lo primero que me llamaba la atención de este comic era los protagonistas. No solo Batman, el cual es mi debilidad confesa, sino por uno de sus villanos más interesantes: Dos Caras. Un personaje que puede resultar uno de esos ridículos o uno de los más aplaudidos, como ya ha demostrado en más de una ocasión, casi siempre en historias sueltas o en breves apariciones, y casi nunca con el protagonismo que debería.

Por otro lado tenemos a Jae Lee como dibujante, que tuvo que pasar testigo a Sean Phillips, sin que por ello la obra note ningún altibajo, aunque a eso se le puede agradecer el buen trabajo al colorista June Chung que hace una excelente tarea al homogeneizar toda la serie. No voy a negar que el trabajo de Lee me apasiona más, y que su Dos Caras es realmente sobrecogedor, pero Phillips no le queda a la zaga.

Y finalmente tenemos al enigma de Paul Jenkins, que es capaz de cosas tan buenas como malas y que acostrumbra a mi modo de ver en caer en los más burdos tópicos para no acabar resolviendo nunca sus historias. En este caso, comienza la historia de modo interesante con un análisis y correlación de las personalidades de Dent/Dos Caras y Wayne/Batman usando el símil que toma de título la serie, pero acaba como casi siempre con multitud de tópicos y, lo peor de todo, tratando de reinventar la rueda al querer contar otro nuevo origen (y van...) de Dos Caras.

Siempre he odiado estos guionistas que van a usar a un personaje un par de números y quieren dejar una huella imborrable cambiándolo todo. Si quieres dejar huella, cúrratelo al menos un par de añitos en una serie con un personaje y hazlo tuyo, pero para contar un nuevo origen (que no se va a volver a usar) en una serie limitada, mejor limítate a usar al personaje y quédate con lo que quieras usar sin borrar los trabajos de tus predecesores.

El caso es que la historia pasa de lo interesante a lo típico para dejarlo todo finalmente en un regusto algo anodino que se quita rápidamente al releer otra brillante historia de Dos Caras... quizás la de Helfer y Sprouse, pero bueno como no tengo mucho tiempo me quitaré el regusto con la magnífica versión del personaje de Bruce Timm en el Black & White.

Ni buena ni mala, pero es que esperaba "algo". La salva el dibujo a pesar de que se vuelve un tanto maniqueista por ambos lápices (tres poses idénticas en la historia rescatan a Miguel Ángel de nuestra memoria), pero con un envidiable uso del negro. Si al echarle un vistazo en la tienda te gusta el dibujo, pues llévatela, tampoco es mala obra.



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