Todo Paracuellos

Tras la guerra civil española, muchos niños de la guerra procedentes de hogares rotos, padres muertos o en prisión o símplemente sin medios económicos, tuvieron que alojarse en los Colegios de Auxilio Social. Unas "instituciones de corte falangista donde la educación era muy de la época: los pilares eran básicamente mucha religión y mucha instrucción militar (...) Era como un pequeño cuartel."

La vida en estos colegios de caridad es algo que Carlos Giménez conoce de primera mano, ya que pasó en ellos desde los 6 años saltando de uno a otro (Batalla del Jarama, General Mola, Joaquín García Morato...) hasta los 14. En estos hogares cuna, disfrutó de sus primeros cómics con títulos como Roberto Alcázar y Pedrín, El Guerrero del Antifaz, Purk el Hombre de Piedra, El Espadachín Enmascarado o El Cachorro, y a la larga nos daría un profesional con más de 40 años a sus espaldas e innumerables éxitos.

Al convertirse en un profesional del medio no dejó pasar la oportunidad de plasmar cómo eran estos lugares del mejor modo que conoce, dibujando. Al igual que en su otra obra de carácter autobiográfico, Los Profesionales (también de obligada parada), toma relatos propios y ajenos (de otros compañeros de la época), entremezclando la realidad con la historieta hasta completar 54 episodios de lo que probablemente sea el "mejor documento que se puede utilizar para conocer como eran los colegios de Auxilio Social.Es lo que pretendía en su momento, que se conociera lo que había ocurrido."

Si bien en Los Profesionales, Carlos Giménez muestra una narración divertida y desenfadada de aquellos primeros años como historietista en el estudio de Selecciones Ilustradas, Paracuellos es una obra llena de sentimientos, de dolor, ternura y de recuerdos de gran dureza, que el autor esgrime con un gran desparpajo consiguiendo la sonrisa a veces y la congoja a la página siguiente. Lo que podría haberse convertido fácilmente en un panfleto más, se me antoja un gran tesoro repleto de sentimientos que se engrandecen con el paso del tiempo. Las páginas de Paracuellos representan toda una lección del madrileño de narrativa y expresión, que le instituyen en uno de los dibujantes más expresivos del panorama nacional e internacional. Nunca un estilo caricaturesco provocó tanta ternura.

Paracuellos fue realizada en dos etapas. La primera de ellas, a finales entre 1977 y 1982 se compone de 28 episodios y un total de 90 páginas recogidas en dos álbumes y la segunda, entre 1997 y 2003, consta de 26 episodios que suman otras 192 páginas distribuidas en 4 álbumes.

Ahora Mondadori recopila en una edición integral los 6 álbumes, en formato apaisado de bolsillo y dividiendo las páginas en dos planchas, sin que esto afecte en gran medida a la lectura. Se podría decir que no es el formato original de página y que por tanto se pierde parte de la narratividad, pero lo popular del formato y su distribución disminuyen estas pequeñas faltas. Además aún está disponible el formato álbum de la editorial Glènat, con lo que no hay más que elegir la opción que mejor se acomode al gusto o al bolsillo del lector para empezar a ver el mundo a traves de los ojos de un niño aunque sólo sea por unas páginas.

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