Aprovechando este marco incomparable...

Ayer una tienda malagueña apareció en el programa Andalucía Directo, un programa del canal autonómico de esquema semejante a su homónimo nacional, haciendo un jovial paseo por el local de la que se destacaban sus virtudes ("esto parece un laberinto") mientras se trataba de hacer alarde de este medio tan tradicionalmente menospreciado por los medios, con la resistencia de un reportero más preocupado de bacilar con el merchandising que de otra cosa.

Todo bastante bien, salvo que quizás se destacaba demasiado esos artículos peculiares cuyo precio y público es más restringido, pasando de puntillas por los propios cómics. Una pena desaprovechar esos escasos minutos en televisión para ver una espada y un casco, que son más decoración de la tienda que propia mercadería, aunque seguramente la culpa sea del propio frikismo del reportero.

Aunque lo que realmente me llegó fue la recomendación final del dependiente de la tienda, que ante la petición de un cómic para empezar en este mundillo no se le ocurrió otra cosa que ir al manga más vendido de los últimos años, como si Naruto fuera un cómic para todos los públicos. Y no es que yo esté en contra del Shonen, ni mucho menos, ni que me las quiera dar de entendido, pero qué flaco favor se le hace al cómic al darle justamente lo que esperan a los que medios que creen que ya hablaron de cómic al llegar a esas cotas. Para introducirse en el cómic hay muchas más alternativas. Supongo que ese es su criterio y es tan bueno como cualquier otro, o se dejaría llevar por la pero yo habría dado un mayor recorrido a esa recomendación. Podría haber hablado de un cómic con un premio Pulitzer, que eso habría impresionado a un periodista, de una metáfora de la dictadura argentina, de una autobiografía inscrita en la revolución iraní, de género negro, de ciencia ficción o incluso haber caído en recientes o próximas adaptaciones cinematográficas... pero en fin, supongo que es cuestión de tener diferente criterio.

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